SPA para niños en Poblado Medellín Envigado
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MASAJES TERAPÉUTICOS PROFESIONALES,
SERVICIO A DOMICILIO PARA MEDELLÍN Y AREA METROPOLITANA
El masaje en niños y niñas es una
excelente forma de estimulación. Con las técnicas que se aplican en el masaje
en niños y niñas, se estimula el sistema nerviosos central del bebé y además
ayuda a sensibilizarlo del su cuerpo y las partes que lo conforman.
Sin lugar a dudas, los masajes representan uno de los momentos
predilectos de los bebés ya que experimentan una sensación muy agradable,
debido a que no se trata solamente del contacto corporal sino también de
percibir sensaciones por medio del oído, el olfato y la visión.
Como es sabido, a la mayoría de los bebés les agrada el contacto físico.
Por ello, no es de extrañar que los masajes posean un efecto
calmante y relajante para ellos.
El masaje infantil es una manera de establecer y fortalecer
vínculos de amor y comunicación entre los padres y el bebé.
VENTAJAS GENERALES DEL MASAJE
INFANTIL
Mejora la sensibilidad del niño(a).
Le brinda calma. Ayuda a relajarlos y elimina
tensiones. Tienen más capacidad de resistencia al estrés de cualquier tipo.
Mejora su digestión y estimula sus funciones de
respiración, circulación, etc.
Fortalece los lazos entre el bebé y los padres.
Estimula el sistema nervioso central.
Lo hace consciente de su cuerpo y las partes que lo
conforman.
Mejora la concentración. Son más atentos y
curiosos.
Mejor desarrollo muscular. Favorece el crecimiento.
Potencia sus defensas naturales.
Nos habituamos a su lenguaje corporal y a la forma
de expresar sus sensaciones.
Contribuye a mejorar su capacidad comunicativa y de
relación. Aumenta su seguridad.
La necesidad que el niño y la niña requiere en los primeros meses de
vida, además de la alimentación, es la de sentirse acariciado, sobre todo por
sus padres. De esta forma, se refuerza el vínculo entre padres y niños(as).
Desde hace muchos años, los adultos aprovechamos de los beneficios
terapéuticos del masaje, y ha llegado el tiempo en el cual los niños se
beneficien de ellos también, transmitiendo los padres a sus hijos su amor,
atención y confianza.
Un masaje es un acto de compartir sentimientos, es un contacto afectuoso
en un momento especial.
Hoy en día, cada vez está tomando más importancia esta práctica en
Occidente, siendo recomendados los masajes en clínicas y hospitales.
Es importante que acariciemos a los niños, sabiendo que los estamos
tonificando, estimulando o relajando, iniciando a los padres a masajear zonas
concretas del cuerpo del niño y, lo más importante, aumentando la comunicación
física y emocional entre ellos.
Son ejercicios sencillos, suaves, fáciles y divertidos, que ponen en
movimiento la energía interna del niño. Con su práctica regular, el desarrollo
físico, motriz y sensitivo del niño se incrementará felizmente.
Un masaje puede fortalecer, al mismo tiempo que se acaricia al bebé, los
músculos y articulaciones, y ayuda a aliviar síntomas de problemas que se
encuentran los padres en su vida diaria en el cuidado de su hijo, como son:
Cólicos del Lactante, Gases, Estreñimiento, Dentición, Piel seca, así como
técnicas para calmar los llantos y rabietas.
ALGUNOS BENEFICIOS SON:
BIENESTAR GENERAL.
El masaje mejora la circulación y el sistema inmunitario, por lo que los
niños tocados con amor enferman y lloran menos.
CRECIMIENTO.
Un masaje promueve la autoconsciencia del cuerpo, tonifica los músculos
y flexibiliza las articulaciones. Son particularmente buenos para bebés
prematuros, con bajo peso al nacer y carencias especiales.
APTITUDES SOCIALES Y SEGURIDAD.
Tocar a un bebé le enseña a comunicarse, y a sus padres a
establecer relaciones inmediatas con él, lo que le facilita la autoestima
y la sociabilidad.
A medida que los niños crecen la comunicación más valorada e
implementada cotidianamente es la verbalización; el contacto corporal entre
adultos y niños va mermando, especialmente con los hijos varones, en una
sociedad en la que todavía quedan resabios de un inconsciente colectivo
machista; sin embargo ninguna palabra, diálogo, consejo, contención verbal
reemplaza el efecto de seguridad afectiva que implica el sentir que alguien nos
pasa una mano por el hombro o nos brinda un abrazo afectuoso.
El contacto mantiene un importante valor a lo largo de todo el ciclo
vital ya que siempre confirma la aceptación de otras personas hacia nuestra
persona.
Es significativo el incremento de comportamientos y conductas
disfuncionales que se manifiestan corporalmente en niños de edad escolar: alto
grado de tensión corporal, dificultad para quedarse quietos, conductas
impulsivas que lo ponen en riesgo, dificultades para conciliar el sueño.
Para niños pequeños y especialmente para niños en edad escolar es muy
recomendable un abordaje terapéutico basado en la combinación de técnicas de
relajación terapéutica, utilizadas en la terapia psicomotriz y el complemento del
masaje.
A través de estos recursos el niño podrá incrementar el conocimiento y
la conciencia de su propio cuerpo por efecto de estímulos propioceptivos y la
posibilidad de trabajar sobre la representación de su cuerpo.
Frente a niños que presentan características de hiperactividad, la
posibilidad de lograr la quietud, mantenerla y disfrutarla requiere de un
proceso de trabajo y aprendizaje. En estos casos las sesiones se inician con
juegos de movimiento para pasar luego a la quietud utilizando las técnicas y
recursos específicos.
La hiperactividad con frecuencia va acompañada de déficit de atención,
por lo tanto el trabajo en relajación terapéutica y/o el masaje colaboran en
aumentar los tiempos de atención del niño ya que, ambos recursos, presentan una
secuencia de implementación. A medida que el niño se familiariza y re-conoce la
sucesión de cada paso logrará una acomodación temporo-espacial: secuencia de
realización en concordancia con las partes del cuerpo implicadas.
Aprenderá a anticipar: principio, desarrollo y finalización, incrementando su
capacidad de espera para volver a moverse.
Los niños de los cuales se dice “no pueden parar” son aquellos que no
logran autorregular las tensiones del cuerpo, presentan un aumento constante de
tensión sin posibilidad de encontrar un camino de liberación efectiva, aparecen
reacciones de impulsividad; que se expresan abruptamente, sin que el niño las
planifique. Muchas veces causan “problemas” de relación con compañeros o
adultos; y lo más penoso es que el niño luego del hecho, no se reconoce en su
accionar, ya que son reacciones intempestivas carentes de planificación e
intencionalidad.
Cuando el niño presenta estos comportamientos, tanto los adultos como
sus pares, suelen estar tensos y molestos, el niño deja de sentirse “aceptado”;
por lo tanto el contacto corporal saludable repara esos sentimientos de rechazo
y de distancia que se traducen en pensamientos como: “nadie quiere estar cerca
mío”.
La tensión se incrementa con sentimientos de culpabilidad y su
autoestima se debilita.
A través del masaje el niño toma conciencia de su cuerpo en tanto límite
y frontera; esta vivencia le permite organizar su accionar sin necesidad de
buscar en forma inadecuada los límites fuera del cuerpo al punto del riesgo, le
servirá tanto para el cuidado del cuerpo como para el cuidado de las relaciones
afectivas.
A través del trabajo en relajación el niño logra aprender de la quietud
otra forma de experimentar la acción.
El masaje tiene un valor inmenso para los niños ya que aprenderán ellos
mismos, a conocer, respetar y cuidar su propio cuerpo y su persona transfiriéndolo
en las relaciones con los demás.
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