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viernes, 13 de junio de 2014

ENCONTRANDO MIS CUALIDADES Y TALENTOS

Mi recomendado: ahora que estoy en el proceso de amarme a mi misma estoy haciendo unos ejercicios para abrir mis canales de abundancia, este ejercicio dice que hagas un listado de tus talentos, habilidades y cualidades y yo... Bueno preguntamos a YouTube y me gustó la explicación de éstos videos para identificar esas cualidades de mi belleza interior y exterior, que me hacen mejor mujer, mejor ser humano y más amorosa hacia los demás y hacia lo que hago.

Que tengan lindo resto de día.




CONFERENCIA REVOLUCIONANDO TUS TALENTOS: http://youtu.be/H_4vpXR78lQ

jueves, 12 de junio de 2014

¿RENOVARSE o MORIR?

A lo largo de su proceso evolutivo, la persona se ve impedida frecuentemente a romper sus moldes, sus parámetros de funcionamiento, para volver a crearlos otra vez aunque, lógicamente, los nuevos patrones serán sustancialmente distintos a los anteriores.

Así, la evidencia nos dice que lo que hoy vemos negro mañana podemos verlo de otro color, simplemente porque la mente es de barro moldeable, siendo las manos de la experiencia y ninguna otra cosa, las que moldean la figura que somos en cada momento.

Todos estamos en constante cambio, pero de lo que se trata es de que ese cambio sea consciente. El barro hay que mojarlo, tocarlo y, lo más importante, amasarlo nuevamente, eliminando las formas anteriores que siempre se podrían reproducir si no hubiera nuevas experiencias, cosa imposible cuando se está vivo porque la vida implica transformación constante.

El nuevo modelo será parecido al anterior, pero nunca igual. Ocurre lo mismo con las células de nuestro cuerpo que también se regeneran, se duplican, pero nunca son idénticas a la sustituida.

Es pues fundamental dar entrada en nuestra mente a nuevas posibilidades, porque si el hombre es un ser en evolución está claro que en lo que a su capacidad de comprensión se refiere, cualquier tiempo pasado no fue mejor. Eso significa que sólo es necesario mirar hacia atrás para revisar los esquemas mentales que están condicionando en la actualidad nuestros comportamientos, pero sabiendo que es necesario posicionarse firmemente en el presente para poder proyectar el futuro que deseamos.

Muchas veces nos da la sensación que la vida nos mantiene en un ciclo repetitivo y que no avanzamos, que tropezamos con las mismas dificultades, que "caemos" en los errores de siempre, que no superamos del todo los problemas y vuelven a presentarse una y otra vez... ¿Es eso cierto?, ¿pasan los años y permanecemos en el mismo punto?

La lógica nos dice que no, que si nosotros no somos los mismos, tampoco las situaciones a que nos enfrentamos lo son; nuestro grado de consciencia es distinto porque hemos acumulado nuevas vivencias. Sin embargo, muchas veces nuestra mente no es capaz de darnos una visión de conjunto clara y manejable. ¿Por qué?

Tal vez tengan razón todos los que hablen de los distintos niveles de consciencia, y no me estoy refiriendo a los ciclos por segundo en que funciona nuestro cerebro tal como refleja el electro-encefalograma, sino a algo mucho más profundo.

David Bohm, ex colaborador de Einstein y uno de los más prestigiosos físicos relacionados con la mecánica cuántica, hablaba de que existe un orden implícito, una especie de vacío, de universo plegado en el que está todo, una conciencia total pero inaprensible para nuestro estado normal de conciencia. Según Bohm, cada uno, según su grado de consciencia, desplegará una parte de esa totalidad y a eso le llamará "la realidad".

Y sucede que muchas veces nuestra realidad no se ajusta a la que ve nuestra pareja, o nuestros hijos, o nuestros padres, o el resto del mundo, porque cada uno también ve la suya de acuerdo a su momento personal y a su bagaje de experiencias.

Es, por lo tanto, fundamental, abrirse a nuevas posibilidades, aunque eso implique cambios y desajustes, porque esa apertura facilitará una mayor ampliación de consciencia.

No obstante, podemos servirnos de pequeñas ayudas. Por ejemplo, es interesante cambiar los hábitos de conducta, los ritmos de nuestra vida, porque eso favorecerá los estados de atención de alerta. Podemos empezar a practicar con algo tan simple como respirar, andar o comer de un modo más consciente. Parar la actividad y tomarse unos días de retiro, de soledad o de silencio si nuestra vida está llena de ajetreo, actividad y gente. Buscar la tranquilidad del campo si nuestra vida se desenvuelve en la vorágine de la ciudad. Recurrir al ayuno de alimentos de baja vibración o con información de dolor, a la meditación o a la oración.

Dejar fluir nuestra creatividad a través de la pintura, la escritura, la música o cualquier expresión artística. Si bien cualquiera de esos actos debe estar enfocado desde una torna de consciencia de lo que estamos haciendo en cada momento y de cómo nos sentimos.

Dice un buen amigo mío, anciano y sabio él, que en la vida sólo se trata de estar lo suficientemente sosegado para percibir lo que sucede dentro y fuera de nosotros. Estar tranquilo pana escuchar el latir interno, el impulso espiritual que marca un ritmo, una dirección. Es posible que sea así de sencillo y que esa consciencia no sea otra cosa que saber reconocer nuestra NATURALEZA DIVINA, que no requiera de complicados ejercicios ni condiciones ambientales especiales, sino simplemente abrir los ojos cada día a lo nuevo que la vida nos ofrece, perder el miedo a los cambios y ser capaces de fluir con ellos teniendo como telón de fondo la seguridad de que el universo nos cuida.

Unas veces esos cambios vendrán "estimulados" por personas, libros, vivencias de todo tipo, contacto con la naturaleza, pero siempre la verdadera transformación es un fenómeno interno.

También es importante incorporar en los procesos de cambio la "retroalimentación" del Universo, pero intentando que las creencias y las ideas preconcebidas no nos afecten, tratando de liberarnos del bagaje de expectativas y necesidades que generamos constantemente para recibir, sin condicionantes, la reacción de los demás a lo que nosotros ponemos en marcha.

Siempre desde una perspectiva de aprendizaje constante, nunca desde el mundo de los aciertos y los errores o los éxitos y los fracasos, porque muchas veces estamos condicionados por los patrones de la sociedad y no sabemos sacar todo el provecho a las experiencias que vivimos.

Al ampliar más el foco de observación veremos que sólo con el paso del tiempo se pueden apreciar los cambios, igual que cuando pasa un año entre visita y visita a un niño, los cambios son espectaculares, pero no para los padres que le están viendo día tras día.


Finalmente, les comparto un vídeo de Coldplay, su mensaje es que sigas intentando mejorar en ti mismo, en buscar las mejores situaciones, en buscar alguien mejor para el logro de tus metas. Que no te des por vencido en tus experiencias de vida, que encontrarás el camino pero que siempre debes estar atento porque tendrás que seguir trabajando en tu desarrollo personal, FUERZA, PODER Y VALENTÍA. Que tengas bonito resto de semana.

AMAR A UN SER HUMANO



Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y sus alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vació y carente de sentido, que no puede confiar en si mismo; es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.

Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta al confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearlas que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como ser humano.

Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda, honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto... si tú quieres recibirlo".

Amar a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando de sí mismo duda, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo le entristece, sin dejarle arrastrar por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea decisión de responderle libremente.


Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar con gusto lo que le brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir con el Otro de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.

Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus besos con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida tina experiencia más rica y más llena de sentido.

Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con, gratitud por los tesoros compartidos.


Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tú formas parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados oscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de este mundo.