A lo largo de su proceso evolutivo, la persona se ve
impedida frecuentemente a romper sus moldes, sus parámetros de
funcionamiento, para volver a crearlos otra vez aunque, lógicamente, los
nuevos patrones serán sustancialmente distintos a los anteriores.
Así,
la evidencia nos dice que lo que hoy vemos negro mañana podemos verlo
de otro color, simplemente porque la mente es de barro moldeable, siendo
las manos de la experiencia y ninguna otra cosa, las que moldean la
figura que somos en cada momento.
Todos estamos
en constante cambio, pero de lo que se trata es de que ese cambio sea
consciente. El barro hay que mojarlo, tocarlo y, lo más importante,
amasarlo nuevamente, eliminando las formas anteriores que siempre se
podrían reproducir si no hubiera nuevas experiencias, cosa imposible
cuando se está vivo porque la vida implica transformación constante.
El
nuevo modelo será parecido al anterior, pero nunca igual. Ocurre lo
mismo con las células de nuestro cuerpo que también se regeneran, se
duplican, pero nunca son idénticas a la sustituida.
Es
pues fundamental dar entrada en nuestra mente a nuevas posibilidades,
porque si el hombre es un ser en evolución está claro que en lo que a su
capacidad de comprensión se refiere, cualquier tiempo pasado no fue
mejor. Eso significa que sólo es necesario mirar hacia atrás para
revisar los esquemas mentales que están condicionando en la actualidad
nuestros comportamientos, pero sabiendo que es necesario posicionarse
firmemente en el presente para poder proyectar el futuro que deseamos.
Muchas
veces nos da la sensación que la vida nos mantiene en un ciclo
repetitivo y que no avanzamos, que tropezamos con las mismas
dificultades, que "caemos" en los errores de siempre, que no superamos
del todo los problemas y vuelven a presentarse una y otra vez... ¿Es eso
cierto?, ¿pasan los años y permanecemos en el mismo punto?
La
lógica nos dice que no, que si nosotros no somos los mismos, tampoco
las situaciones a que nos enfrentamos lo son; nuestro grado de
consciencia es distinto porque hemos acumulado nuevas vivencias. Sin
embargo, muchas veces nuestra mente no es capaz de darnos una visión de
conjunto clara y manejable. ¿Por qué?
Tal vez
tengan razón todos los que hablen de los distintos niveles de
consciencia, y no me estoy refiriendo a los ciclos por segundo en que
funciona nuestro cerebro tal como refleja el electro-encefalograma, sino
a algo mucho más profundo.
David Bohm, ex
colaborador de Einstein y uno de los más prestigiosos físicos
relacionados con la mecánica cuántica, hablaba de que existe un orden
implícito, una especie de vacío, de universo plegado en el que está
todo, una conciencia total pero inaprensible para nuestro estado normal
de conciencia. Según Bohm, cada uno, según su grado de consciencia,
desplegará una parte de esa totalidad y a eso le llamará "la realidad".
Y
sucede que muchas veces nuestra realidad no se ajusta a la que ve
nuestra pareja, o nuestros hijos, o nuestros padres, o el resto del
mundo, porque cada uno también ve la suya de acuerdo a su momento
personal y a su bagaje de experiencias.
Es, por
lo tanto, fundamental, abrirse a nuevas posibilidades, aunque eso
implique cambios y desajustes, porque esa apertura facilitará una mayor
ampliación de consciencia.
No obstante, podemos
servirnos de pequeñas ayudas. Por ejemplo, es interesante cambiar los
hábitos de conducta, los ritmos de nuestra vida, porque eso favorecerá
los estados de atención de alerta. Podemos empezar a practicar con algo
tan simple como respirar, andar o comer de un modo más consciente. Parar
la actividad y tomarse unos días de retiro, de soledad o de silencio si
nuestra vida está llena de ajetreo, actividad y gente. Buscar la
tranquilidad del campo si nuestra vida se desenvuelve en la vorágine de
la ciudad. Recurrir al ayuno de alimentos de baja vibración o con información de dolor, a la meditación o a la oración.
Dejar
fluir nuestra creatividad a través de la pintura, la escritura, la
música o cualquier expresión artística. Si bien cualquiera de esos actos
debe estar enfocado desde una torna de consciencia de lo que estamos
haciendo en cada momento y de cómo nos sentimos.
Dice
un buen amigo mío, anciano y sabio él, que en la vida sólo se trata de
estar lo suficientemente sosegado para percibir lo que sucede dentro y
fuera de nosotros. Estar tranquilo pana escuchar el latir interno, el
impulso espiritual que marca un ritmo, una dirección. Es posible que sea
así de sencillo y que esa consciencia no sea otra
cosa que saber reconocer nuestra NATURALEZA DIVINA, que no requiera de
complicados ejercicios ni condiciones ambientales especiales, sino
simplemente abrir los ojos cada día a lo nuevo que la vida nos ofrece,
perder el miedo a los cambios y ser capaces de fluir con ellos teniendo
como telón de fondo la seguridad de que el universo nos cuida.
Unas
veces esos cambios vendrán "estimulados" por personas, libros,
vivencias de todo tipo, contacto con la naturaleza, pero siempre la
verdadera transformación es un fenómeno interno.
También
es importante incorporar en los procesos de cambio la
"retroalimentación" del Universo, pero intentando que las creencias y
las ideas preconcebidas no nos afecten, tratando de liberarnos del
bagaje de expectativas y necesidades que generamos constantemente para
recibir, sin condicionantes, la reacción de los demás a lo que nosotros
ponemos en marcha.
Siempre desde una perspectiva
de aprendizaje constante, nunca desde el mundo de los aciertos y los
errores o los éxitos y los fracasos, porque muchas veces estamos
condicionados por los patrones de la sociedad y no sabemos sacar todo el
provecho a las experiencias que vivimos.
Al
ampliar más el foco de observación veremos que sólo con el paso del
tiempo se pueden apreciar los cambios, igual que cuando pasa un año
entre visita y visita a un niño, los cambios son espectaculares, pero no
para los padres que le están viendo día tras día.
Finalmente, les comparto un vídeo de Coldplay, su mensaje es que sigas intentando mejorar en ti mismo, en buscar las mejores situaciones, en buscar alguien mejor para el logro de tus metas. Que no te des por vencido en tus experiencias de vida, que encontrarás el camino pero que siempre debes estar atento porque tendrás que seguir trabajando en tu desarrollo personal, FUERZA, PODER Y VALENTÍA. Que tengas bonito resto de semana.
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