Masoterapeuta SENA
Spa Medellín Poblado, Spa Envigado / Servicio de masoterapia en Medellín y área metropolitana a domicilio.
Masaje relajante, masaje reductor, masaje ejecutivo, drenaje linfático, tratamiento post cirugía estética, masaje deportivo, reflexología, masaje chino y otros servicios, terapeuta masajista profesional, tienda virtual estética facial y corporal no invasiva.
Cel 3006220786.
Mi recomendado: ahora que estoy en el proceso de amarme a mi misma estoy haciendo unos ejercicios para abrir mis canales de abundancia, este ejercicio dice que hagas un listado de tus talentos, habilidades y cualidades y yo... Bueno preguntamos a YouTube y me gustó la explicación de éstos videos para identificar esas cualidades de mi belleza interior y exterior, que me hacen mejor mujer, mejor ser humano y más amorosa hacia los demás y hacia lo que hago.
A lo largo de su proceso evolutivo, la persona se ve
impedida frecuentemente a romper sus moldes, sus parámetros de
funcionamiento, para volver a crearlos otra vez aunque, lógicamente, los
nuevos patrones serán sustancialmente distintos a los anteriores.
Así,
la evidencia nos dice que lo que hoy vemos negro mañana podemos verlo
de otro color, simplemente porque la mente es de barro moldeable, siendo
las manos de la experiencia y ninguna otra cosa, las que moldean la
figura que somos en cada momento.
Todos estamos
en constante cambio, pero de lo que se trata es de que ese cambio sea
consciente. El barro hay que mojarlo, tocarlo y, lo más importante,
amasarlo nuevamente, eliminando las formas anteriores que siempre se
podrían reproducir si no hubiera nuevas experiencias, cosa imposible
cuando se está vivo porque la vida implica transformación constante.
El
nuevo modelo será parecido al anterior, pero nunca igual. Ocurre lo
mismo con las células de nuestro cuerpo que también se regeneran, se
duplican, pero nunca son idénticas a la sustituida.
Es
pues fundamental dar entrada en nuestra mente a nuevas posibilidades,
porque si el hombre es un ser en evolución está claro que en lo que a su
capacidad de comprensión se refiere, cualquier tiempo pasado no fue
mejor. Eso significa que sólo es necesario mirar hacia atrás para
revisar los esquemas mentales que están condicionando en la actualidad
nuestros comportamientos, pero sabiendo que es necesario posicionarse
firmemente en el presente para poder proyectar el futuro que deseamos.
Muchas
veces nos da la sensación que la vida nos mantiene en un ciclo
repetitivo y que no avanzamos, que tropezamos con las mismas
dificultades, que "caemos" en los errores de siempre, que no superamos
del todo los problemas y vuelven a presentarse una y otra vez... ¿Es eso
cierto?, ¿pasan los años y permanecemos en el mismo punto?
La
lógica nos dice que no, que si nosotros no somos los mismos, tampoco
las situaciones a que nos enfrentamos lo son; nuestro grado de
consciencia es distinto porque hemos acumulado nuevas vivencias. Sin
embargo, muchas veces nuestra mente no es capaz de darnos una visión de
conjunto clara y manejable. ¿Por qué?
Tal vez
tengan razón todos los que hablen de los distintos niveles de
consciencia, y no me estoy refiriendo a los ciclos por segundo en que
funciona nuestro cerebro tal como refleja el electro-encefalograma, sino
a algo mucho más profundo.
David Bohm, ex
colaborador de Einstein y uno de los más prestigiosos físicos
relacionados con la mecánica cuántica, hablaba de que existe un orden
implícito, una especie de vacío, de universo plegado en el que está
todo, una conciencia total pero inaprensible para nuestro estado normal
de conciencia. Según Bohm, cada uno, según su grado de consciencia,
desplegará una parte de esa totalidad y a eso le llamará "la realidad".
Y
sucede que muchas veces nuestra realidad no se ajusta a la que ve
nuestra pareja, o nuestros hijos, o nuestros padres, o el resto del
mundo, porque cada uno también ve la suya de acuerdo a su momento
personal y a su bagaje de experiencias.
Es, por
lo tanto, fundamental, abrirse a nuevas posibilidades, aunque eso
implique cambios y desajustes, porque esa apertura facilitará una mayor
ampliación de consciencia.
No obstante, podemos
servirnos de pequeñas ayudas. Por ejemplo, es interesante cambiar los
hábitos de conducta, los ritmos de nuestra vida, porque eso favorecerá
los estados de atención de alerta. Podemos empezar a practicar con algo
tan simple como respirar, andar o comer de un modo más consciente. Parar
la actividad y tomarse unos días de retiro, de soledad o de silencio si
nuestra vida está llena de ajetreo, actividad y gente. Buscar la
tranquilidad del campo si nuestra vida se desenvuelve en la vorágine de
la ciudad. Recurrir al ayuno de alimentos de baja vibración o con información de dolor, a la meditación o a la oración.
Dejar
fluir nuestra creatividad a través de la pintura, la escritura, la
música o cualquier expresión artística. Si bien cualquiera de esos actos
debe estar enfocado desde una torna de consciencia de lo que estamos
haciendo en cada momento y de cómo nos sentimos.
Dice
un buen amigo mío, anciano y sabio él, que en la vida sólo se trata de
estar lo suficientemente sosegado para percibir lo que sucede dentro y
fuera de nosotros. Estar tranquilo pana escuchar el latir interno, el
impulso espiritual que marca un ritmo, una dirección. Es posible que sea
así de sencillo y que esa consciencia no sea otra
cosa que saber reconocer nuestra NATURALEZA DIVINA, que no requiera de
complicados ejercicios ni condiciones ambientales especiales, sino
simplemente abrir los ojos cada día a lo nuevo que la vida nos ofrece,
perder el miedo a los cambios y ser capaces de fluir con ellos teniendo
como telón de fondo la seguridad de que el universo nos cuida.
Unas
veces esos cambios vendrán "estimulados" por personas, libros,
vivencias de todo tipo, contacto con la naturaleza, pero siempre la
verdadera transformación es un fenómeno interno.
También
es importante incorporar en los procesos de cambio la
"retroalimentación" del Universo, pero intentando que las creencias y
las ideas preconcebidas no nos afecten, tratando de liberarnos del
bagaje de expectativas y necesidades que generamos constantemente para
recibir, sin condicionantes, la reacción de los demás a lo que nosotros
ponemos en marcha.
Siempre desde una perspectiva
de aprendizaje constante, nunca desde el mundo de los aciertos y los
errores o los éxitos y los fracasos, porque muchas veces estamos
condicionados por los patrones de la sociedad y no sabemos sacar todo el
provecho a las experiencias que vivimos.
Al
ampliar más el foco de observación veremos que sólo con el paso del
tiempo se pueden apreciar los cambios, igual que cuando pasa un año
entre visita y visita a un niño, los cambios son espectaculares, pero no
para los padres que le están viendo día tras día.
Finalmente, les comparto un vídeo de Coldplay, su mensaje es que sigas intentando mejorar en ti mismo, en buscar las mejores situaciones, en buscar alguien mejor para el logro de tus metas. Que no te des por vencido en tus experiencias de vida, que encontrarás el camino pero que siempre debes estar atento porque tendrás que seguir trabajando en tu desarrollo personal, FUERZA, PODER Y VALENTÍA. Que tengas bonito resto de semana.
Amar
a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente y
disfrutar de la aventura de explorar y descubrir lo que guarda más allá
de sus máscaras y sus defensas; contemplar con ternura sus más
profundos sentimientos, sus temores, sus carencias, sus esperanzas y sus
alegrías, su dolor y sus anhelos; es comprender que detrás de su careta
y su coraza, se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento
de una mano amiga, sediento de una sonrisa sincera en la que pueda
sentirse en casa; es reconocer, con respetuosa compasión, que la
desarmonía y el caos en los que a veces vive son el producto de su
ignorancia y su inconsciencia, y darte cuenta que si genera desdichas es
porque aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente
tan vació y carente de sentido, que no puede confiar en si mismo; es
descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera
identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como una
expresión única e irrepetible de la Vida.
Amar a
un ser humano es brindarle la oportunidad de ser escuchado con profunda
atención, interés y respeto; aceptar su experiencia sin pretender
modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el que pueda
descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta al confianza de
abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es
reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio
camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle descubrir su
verdad interior por sí mismo, a su manera: apreciarlo sin condiciones,
sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin
exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por
ser quien es, no por como tu desearlas que fuera; es confiar en su
capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más
fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como
ser humano.
Amar a un ser humano es atreverte a
mostrarte indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu verdad desnuda,
honesta y transparente; es descubrir frente al otro tus propios
sentimientos, tus áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que
verdaderamente eres, sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una
impresión favorable; es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar
que se haga responsable de saciarlas; es expresar tus ideas sin
pretender convencerlo de que son correctas; es disfrutar del privilegio
de ser tu mismo frente al otro, sin pedirle reconocimiento alguno, y en
esta forma, irte encontrando a ti mismo en facetas siempre nuevas y
distintas; es ser veraz, y sin miedo ni vergüenza, decirle con la mirada
cristalina, "este soy, en este momento de mi vida, y esto que soy con
gusto y libremente, contigo lo comparto... si tú quieres recibirlo".
Amar
a un ser humano es disfrutar de la fortuna de poder comprometerte
voluntariamente y responder en forma activa a su necesidad de desarrollo
personal; es creer en él cuando de sí mismo duda, contagiarle tu
vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse vencido, apoyarlo cuando
flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las manos con firmeza
cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo agobia y
acariciarlo con dulzura cuando algo le entristece, sin dejarle arrastrar
por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto de
estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea
decisión de responderle libremente.
Amar a un
ser humano es ser suficientemente humilde como para recibir su ternura y
su cariño sin representar el papel del que nada necesita; es aceptar
con gusto lo que le brinda sin exigir que te dé lo que no puede o no
desea; es agradecerle a la Vida el prodigio de su existencia y sentir en
su presencia una auténtica bendición en tu sendero; es disfrutar de la
experiencia sabiendo que cada día es una aventura incierta y el mañana,
una incógnita perenne; es vivir cada instante como si fuese el último
que puedes compartir con el Otro de tal manera que cada reencuentro sea
tan intenso y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de
la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y
milagrosa.
Amar a un ser humano es atreverte a
expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y
sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus
besos con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir
cuanto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas
interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial
latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra
dormida en su interior; es hacerle sentir que su desarrollo personal te
importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus
capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que
podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar
de mutuo acuerdo para hacer de esta vida tina experiencia más rica y más
llena de sentido.
Amar a un ser humano es
también atreverte a establecer tus propios límites y mantenerlos
firmemente; es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro
transgreda aquello que consideras tus derechos personales; es tener
tanta confianza en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la
relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar tu enojo sin
ofender al ser querido y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda
sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus
limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y
disfrutar de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día
en el que evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es
ser capaz de despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se
recuerden con, gratitud por los tesoros compartidos.
Amar
a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona; es
percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera, como una
expresión del Hombre, como una manifestación palpable de esa esencia
trascendente e intangible llamada "ser humano", de la cual tú formas
parte; es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible de la
naturaleza humana, que es tu propia naturaleza, con toda su grandeza y
sus limitaciones; apreciar tanto las facetas luminosas y radiantes de la
humanidad, como sus lados oscuros y sombríos; amar a un ser humano, en
realidad, es amar al ser humano en su totalidad; es amar la auténtica
naturaleza humana, tal como es, y por tanto, amar a un ser humano es
amarte a ti mismo y sentirte orgulloso de ser una nota en la sinfonía de
este mundo.